domingo, 20 de diciembre de 2009

CONCENTRACIÓN Y PREOCUPACIÓN

Flor Artedigitalgohe

En el aspecto forma, concentrarse es mantener el cuerpo mental enfocado en una imagen estable; en el aspecto vida, es dirigir la atención a esa forma, al objeto de reproducirla dentro de uno mismo. La fuerza de la voluntad es la que obliga a la mente a permanecer fija en una forma, enfocada en una imagen, dejando fuera todas las demás impresiones. Más concretamente, la concentración consiste en enfocar la mente en una idea y mantenerla en ella.
La concentración no significa esfuerzo físico. En el momento que la mente se fije en una idea, está concentrada en ella. Concentración no es mantener la mente, a la fuerza, fija en una cierta idea, sino que se mantenga en tal idea con perfecta serenidad y quietud.
Quien inicie la práctica de la concentración del pensamiento no debe dedicar a ello más de unos minutos, de otra manera puede congestionar el cerebro. Si, gradualmente puede dedicar un poco más de tiempo a través de la experimentación.
La práctica de concentración mental es dominio de la mente por una disposición de ánimo, impuesta por la voluntad, de manera que todo el pensamiento se inclina hacia el objetivo elegido.
El medio mejor y más rápido, para dominar la divagación de la mente, es, sin duda, el empleo de la voluntad.
El poder de concentración se puede adquirir. No debería pasar un solo día, sin practicar ejercicios para la mente, pues sólo mediante el ejercicio se potencia.
Preocupación es el proceso de repetir la misma línea de pensamiento una y otra vez, con ligeras alteraciones, sin llegar a un resultado; a veces, sin siquiera buscarlo. El pensador, al no poder resolver el problema, queda fustrado; el temor de dificultades presentidas lo mantienen en una condición ansiosa e intranquila.
Como la preocupación es, en gran parte, debida al automatismo, se puede utilizar esta misma
propiedad de la materia para dominarla. La mejor manera de deshacerse de un -canal de preocupación- es hacer otro de carácter exactamente opuesto.
A medida que uno reflexiona, la paz que contempla lo envolverá, y se sentirá lleno de la fortaleza que ha imaginado en pensamiento.
La concentración convierte a la mente en un instrumento que su dueño puede utilizar a voluntad.
Por tanto cualquiera que sea capaz de prestar atención, pensar sobre un tema por algún tiempo, sin permitir que la mente divague, está preparado para iniciar la meditación.

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